Planisferio,
representaciones y poder
Por Roberto Samar *
Si pido que se imagine dónde está Sudamérica y
dónde Europa en el mundo, seguro que se le viene a la cabeza la imagen mental
del “planisferio”. Nosotros ocupamos una ubicación en ese “mundo”. Es la imagen
con la cual crecimos. Que aparece en los manuales que estudiamos, en los
cuadernos en la última hoja y en nuestros trabajos escolares de geografía. Es
la representación con la que crecen nuestros hijos.
Sin embargo, no hay que olvidar que las apariencias
engañan. Si tomo una esfera y la represento en un rectángulo, sufrirá
deformaciones. Eso es inevitable. Que es lo que ocurre con “el planisferio”. El
problema es que esas deformaciones responden a una mirada eurocéntrica del
mundo.
En el planisferio que compra en la librería, las
representaciones de los países del Norte son más grandes que las de los países
del Sur. Tome un mapa y haga la prueba: la línea del Ecuador no está en la
mitad exacta, el espacio del Hemisferio Sur se representa más pequeño.
Groenlandia se ve del tamaño de África, cuando en realidad el Continente
Africano es aproximadamente 14 veces el territorio de Groenlandia. África
cuenta con 30.221.532 km² de superficie y Groenlandia apenas con 2.166.086 km².
Asimismo, Alaska, con 1.717.854 km², aparece
similar en tamaño a Brasil, cuya superficie alcanza los 8.514.877 km². O sea,
el área de Brasil es casi cinco veces superior. En el mismo sentido, no hay
proporcionalidad en la representación de Europa, que tiene 10.530.751 km² y la
de Sudamérica, de 17.819.100 km².
La base de esta representación fue desarrollada por
el alemán Gerardus Mercator en 1569. Como decíamos anteriormente, si uno
traslada la superficie esférica a una rectangular inevitablemente sufrirá
distorsiones, lo que ocurre es que éstas eran funcionales a una forma de ver el
mundo, que nosotros naturalizamos.
Lo problemático de esta situación es que las
imágenes que tenemos de nosotros inciden en cómo nos pensamos. Pensarnos desde
una centralidad o marginalidad hará a nuestra autopercepción. Asimismo, que la
representación de nuestro territorio esté arriba o abajo no es neutral.
Seguramente, será más difícil cuestionar el pensamiento hegemónico desde abajo.
Como señala el pensador Arturo Jauretche, “los
planos, los mapas y los planisferios han sido ideados en el Hemisferio Norte.
Entonces el Hemisferio Norte está arriba y el Sur, abajo. En el infinito
estelar que este planeta navega no hay arriba ni abajo; son los espectadores de
la navegación los que resuelven qué es arriba y qué es abajo”.
Estos elementos, como cualquier representación, son
producciones culturales que están atravesadas por ideologías y formas de ver el
mundo. Es decir, estas “verdades” están vinculadas con relaciones de “poder”:
en ese sentido, nosotros nos pensamos desde las categorías de nuestros
dominadores.
Quizá lo más difícil de superar sea esta
colonización cultural. Asimismo, como sostiene el ensayista Armando de
Magdalena, los americanos podemos pensar nuestros orígenes con 40 mil años de
historia o bien desde la colonización de nuestro territorio. La elección
influenciará en cómo constituyamos nuestra identidad.
En los tiempos actuales, cuando los pueblos
latinoamericanos estamos replanteando las viejas categorías, en los cuales el
pueblo boliviano les exige una visa a los estadounidenses para ingresar a su
país, cuando la Argentina dejó de seguir las “recomendaciones” del Fondo
Monetario Internacional, cuando el presidente venezolano se animó a criticar
duramente a un presidente de Estados Unidos y cuando se constituyó la Comunidad
de Estados Latinoamericanos y Caribeños, quizá sea la hora de repensar los
elementos que hacen a nuestra autopercepción.
* Licenciado en Comunicación Social (UNLZ), docente
de Comunicación Social y Seguridad Ciudadana (UNRN).
Página 12, 27 de junio de 2013
Planisferio, representación y poder
Preguntas:
1-
¿A qué se refiere con imagen mental del
planisferio?
2-
¿Cuáles son los datos que aporta con respecto a
las dimensiones en el hemisferio norte y sur?
3-
¿Qué significa “visión eurocéntrica del mundo”?
4-
¿Por qué no es conveniente decir que el norte
está arriba y el sur está abajo?
5-
¿Por qué plantea el autor repensar los mapas
desde una visión latinoamericana?